martes, 29 de enero de 2008

Un recital a la distancia


No fue fácil llegar, cuatro horas de micro desde San Bernardo, suena algo absurdo. Una vez en la Terminal, y sin idea de a donde íbamos decidimos tomar un taxi, ya que el mal cálculo de viaje nos había dejado con el tiempo justo.

Al llegar a las afueras del estadio lo primero que se puede observar es a la gente caminando como una manada hacia la comida. El Patinódromo de Mar del Plata de a poco se va llenando. Luego de los controles, los vallados y la parada obligada al sanitario conseguimos un lugar adelante, las caras conocidas se hacen ver entre la gente.

Supuestamente Bersuit iba a salir a escena a las 21 horas del 25 de enero, pero no fue si no hasta las 22.30 que los primeros acordes de Laten bolas comenzaron a sonar. Para esa altura nuestros cuerpos no soportaban el pogo. Cuando Julieta casi pierde su calzado y a mi casi me ahorcan decidimos ir a una ubicación más razonable, y aunque estábamos más lejos del escenario, se veía mejor.

Cordera y compañía saltaban al compás de la música, aunque el público se notaba más emocionado y prendido con los clásicos de la banda que con la presentación del nuevo CD. Con varios bises y un poco más de dos horas y media de show Bersuit Vergarabat se despidió de Mardel.

Cuando la gente comenzó a irse emprendimos nuestra siguiente travesía para conseguir el pasaje de vuelta. Supuestamente no había pasaje hasta las 16.30 del día siguiente, lo que nos generaba muchos problemas. Pero luego de paciencia conseguimos volver a las 10 de la mañana, con mucho sueño y muchas anedglotas para contar.

Menos mal que teníamos gente en La feliz, y sólo me queda para decir que toda experiencia es buena, pero creo que no lo haría de nuevo. Un recital muy bueno, pero la próxima los veré en Capital Federal. Varada en Mar del Plata no quiero estar.

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