jueves, 28 de febrero de 2008

Encuentros... inesperados?


Ayer, yendo con el 26 desde la casa de mis abuelos en flores hasta Tea, tuve esos llamados “encuentros inesperados”. Primero, cuando estaba llegando a Primera Junta, miro por la ventana y no puedo creer lo que ven mis ojos: el director de estudios de mi secundario, cruzando la calle. Luego, por Almagro, veo a la que solía ser la mejor amiga de mi hermana en la secundaria, caminando por la calle.


En ese momento mi cerebro disparó una pregunta poco deseada: “¿Será que hoy es un día de encuentros?, y camino a Tea, no era una idea alentadora. Mi inconsciente, que no es un buen amigo, es más bien un malo conmigo, quería que me encuentre con “ALGUIEN”, cosa que no fue así. El problema fue, obvio, que a mi razón de repente le agarró ganas, porque nunca aprendo, porque me encanta.

Hubo lindos reencuentros en las puertas de la facultad de Once. Tener que esperar a que nuestro amigo Pana termine de rendir y le den la nota fue una situación en momentos graciosa y divertida, en otros estábamos comiendo las uñas y fue ese guiño del chico que rendía lo que nos dejó tranquilos a los presentes y de una había que festejar.

De ahí sin escalas a Bellagamba, que terminó siendo menos antro de lo que pensábamos, comimos, tomamos, sacamos fotos y nos reímos. Y a pesar que la vuelta fue un fracaso, y que cada día odio más a la línea 71, me gustó mucho la salida tea, y ahora sólo queda la espera al CeboFest del miércoles que viene.

sábado, 23 de febrero de 2008

Vueltas

Las vueltas de la vida nos demuestran que todo es un gran círculo. Mi vida en particular tiende a ser muy circular, no tiene nada que ver con que me digan gorda. Todo vuelve, de una manera u otra. Siempre me relaciono mucho con el pasado, estático o a veces evolucionado.

Muchas veces adoro ese pasado que vuelve y en cierto punto no me deja en paz. Tantas más lo odio y quiero que se aleje definitivamente de mí para poder seguir con mi vida.

El amor tiene mucho de eso, pasado, futuro y presenta que se mezclan en una licuadora gigante que te confunde y te marea. El desamor, por otro lado, es más como una trituradora que te deja son corazón.

Aturdida y abrumada, tantos sentimientos te van a alcanzar, amor, odio, resentimiento, duda, indiferencia, diferencias marcadas al azar. Todo te va a llevar en un gran espiral que no se sabe dónde va a acabar.

Toda la vida es un gran espiral. Pero creo que el problema no está en no saber cuando termina, la mayor confusión te llega cuando te avisan “hasta acá llegamos”.

Este año una etapa maravillosa de mi vida va a concluir. Tea me dice basta y aunque ya se exactamente que voy a hacer después, como pocas veces antes, tengo la nostalgia de no volver a tener eso tan parecido a mi preciado secundario.
Los miedos se multiplican, las situaciones que pasan alrededor de lo que es “ir a tea” generan sentimientos en mí que no quiero tener en este momento, porque estoy bien y no los necesito, aunque crean lo contrario, no los necesito. Lo que si necesito es ocupar mi tiempo. Este estado de vegetal tirada en el sillón no me copa, si hay algo que no me gusta es estar sin un propósito, hablando mal y pronto, estar al pedo.

Pablo me pidió que renueve, y que ponga cosas divertidas, quedará para la próxima, esto es lo que salió hoy, luego de una reunión de toda la tarde con las teas, que entre facturas y mate me hicieron extrañar esas meriendas en el bar de Tomás o en el bar de tea, que tiempos.

martes, 12 de febrero de 2008

Pido Cambio..!


Los cambios. Todo puede surgir de un cambio de actitud, pero es sabido que para generar un cambio, se necesita un golpe de realidad. Cuando algo te harta, te molesta o te lastima, pedís un cambio. Es ley.


Siempre tenemos épocas en la vida que deseamos dos cosas distintas. Hay épocas en las que pedimos a gritos cambios en nuestra forma de pensar, sentir o realizar cosas. Están esas tantas otras que deseamos que todo se quede exactamente como está.

Ahora estoy incursionando la primera etapa, y les digo, no es linda. Llegan momentos en que todo colapsa. Yo hasta hace una semana estaba perfecta, quería que “todo se quede como está”, obviamente, eso no sucedió. De repente en una semana se fue todo al demonio, y sin nada que hacer al respecto.

Hace varios días que estoy planeando este posteo, pero nunca se me ocurrían las palabras indicadas para decir todo lo que pasa por mi mente. Bronca, impotencia, euforia, desesperación, incertidumbre, son varios de los sentimientos que en este momento me invaden. Por suerte sólo hoy se presentaron todos juntos, si no, ¿qué sería de mí?

Entonces, cuando las cosas pasan, porque no podemos evitarlas, lo mejor es tratar de cambiarlas, o alejar aquello que nos haga mal y nos lastime. Pero obvio, del dicho al hecho hay mucho trecho, y nunca es fácil alejar eso que nos hace mal, porque por algo lo tenemos cerca en primer lugar, o sea, es algo que queremos que esté cerca, pero esa cercanía nos genera malestar con el tiempo. Por ende, queremos que esté cerca, pero nos hace mal.

He ahí el dilema, o la dificultad de tratar de alejar al problema. Es más, muchas veces, por no decir siempre, no podemos fácilmente alejar los problemas así como así. Nos persiguen, nos acechan, no nos dejan en paz y no entienden de razones.

Y es ahí cuando debemos tomar aire, contar hasta diez y pegarle una patada voladora al problema a ver si nos deja de molestar, o como diría la frase popular “si la vida te da la espalda, vos, tocale el culo”.

viernes, 8 de febrero de 2008

Si empezamos así


2008, el año del centenario de la institución. Los refuerzos que trajeron los dirigentes dan lugar a la ilusión de todo el pueblo azulgrana de cara a la ansiada Copa Santander Libertadores que arranca para San Lorenzo el próximo martes en Venezuela.


Los partidos de verano fueron malos. El único partido que se salvó de esta calificación fue en Mar del Plata contra Boca, a mediados de enero, que terminó en empate a 1.


La expectativa de los hinchas dio como marco para el primer partido de la fecha una cancha prácticamente llena, a pesar del día y horario del encuentro. Los bombos de fondo daban la sensación de una comparsa o un corso, que encaja bien con la época de carnaval.

A medida que los minutos ibas sucediéndose las chances de cambiar el cero a cero se iban esfumando. El primer tiempo fue aburrido en partes, y hubo sólo en una oportunidad peligro de gol para la Lepra. La expulsión de Ortiz a los cinco minutos de juego descolocó al equipo de Ramón que no encontró el ritmo de juego para poder aplastar a los rosarinos.

El segundo tiempo no tuvo mejores momentos, si dos grandes desilusiones en los pies de Spolli y Salcedo. La expulsión de Donnet en Newell’s no tuvo la misma repercusión en los dirigidos por Caruso Lombarda que liquidaron el partido 10 minutos después.

Fue un comienzo de campeonato que desilusionó a todo el pueblo cuervo que espera no solo la Copa, espera un batacazo y llevarse ambos títulos para un cumpleaños a todo color. Ahora sólo resta esperar a un cambio pronto de racha para el partido de ida con el Caracas.

lunes, 4 de febrero de 2008

Nunca está de más...


Nunca está de más intentar. Es un reflejo natural el creer que uno no va a servir para hacer algo, o por lo menos eso creo. Dudo que haya alguien que piense “yo sería muy bueno haciendo tal o cual cosa” sin haberlo intentado antes.


Obviamente, tenemos el presentimiento de que nos puede ir mal o bien en algo. A veces uno piensa que no puede hacer algo, y se puede llegar a sorprender con el tiempo.


Cuando me metí a estudiar periodismo, sabía que era muy mala escribiendo, que no iba a ser mi fuerte. Es más, tuve que esforzarme mucho para pasar el primer año de la carrera. Pero con el tiempo fui enfrentando mis miedos, perfeccionándome, y con miedo a sonar arrogante, por los comentarios que recibí, creo que no lo hago nada mal.


Otra cosa diferente me pasó cuando quise aprender guitarra. Pensé que la genética iba a hacer algo por mí, sabiendo que la mayoría de los miembros de mi familia tocan algún instrumento, iba a ser fácil. Error, la genética no estuvo de mi lado, la coordinación de mis dos manos no es muy buena, sólo se tocar el punteo de humo sobre el agua, y tardé en aprenderlo.


El punto es que nunca está de más intentar, nunca se sabe lo bueno o malo que se puede ser en algo hasta que lo intenta. Y siempre tenemos la esperanza de mejorar con el tiempo, así que si no pudiste hacerlo bien la primera vez, seguí intentando que nada perdés.


De los errores uno aprende, y de un error puede salir algo maravilloso.

viernes, 1 de febrero de 2008

Esperar...


Esperar… siempre uno tiene que esperar. Pero, ¿Qué es lo que se espera realmente? Todo el mundo te dice “es cuestión de tiempo, tenés que esperar”. ¿Y qué pasa si no quiero esperar? ¿Qué hago si odio ese tiempo muerto hasta que otra persona reaccione?



Otra cosa que se escucha seguido es que el tiempo cura las heridas, que si dejás pasar el tiempo, todo se va a solucionar. Hay un problema en esa afirmación, las cosas no se resuelven por si solas, si en nosotros no hay un cambio, lo único que hace el tiempo es agravar el dolor. La espera es algo que te carcome por adentro y tal vez la reacción de la otra persona no llega más.


Yo soy una persona con suma paciencia. La gente que me conoce lo sabe, puedo esperar mucho cosas o mismo a personas, sin desesperarme. Conozco gente también que no puede esperar ni un minuto nada. Obvio, yo también tengo mis momentos que no puedo esperar y soy ansiosa, como todo el mundo. Pero si hay algo que me caracteriza, es precisamente, el don de esperar.



Por supuesto que con el tiempo ese “don” se va agotando, llega un momento que ya no tenés más ganas de esperar a nadie. Toda la vida esperando por cosas que no llegan que a veces las mínimas esperas te pueden volver loco.


Hay gente que lee esto y piensa “esta chica está enojada con la vida”, pero NO. Muchas veces las esperas son buenas. En las relaciones por ejemplo, si apurás las cosas, todo se termina rápido. En cambio, si esperás, a veces días, meses o hasta años, podés encontrar el punto justo para llevarte bien con la otra persona, o simplemente llevarte.


El otro día volví a ver una película que me gusta mucho, “Todo puede pasar en Elizabethtown”. Ambos protagonistas se ponen a analizar los dichos de la gente, y se hacen una pregunta que me quedó rondando por la cabeza: ¿Quiénes son ELLOS?, dicho en Argentina, “la gente dice…”



Y me puse a pensar que esa gente que dice, los famosos ELLOS, son los mismos que dicen que tenés que esperar, que el tiempo cura las heridas o que te quemás más en el mar que en la pileta. O sea, cosas absurdas e incomprobables que todo el mundo asegura y repite como si ellos las hubiesen descubierto.


Así que por ahora seguiré pensando quiénes son ellos, qué quieren realmente y si el tiempo y esperar realmente sirven para algo. Y si quieren, piénsenlo ustedes también.