martes, 12 de febrero de 2008

Pido Cambio..!


Los cambios. Todo puede surgir de un cambio de actitud, pero es sabido que para generar un cambio, se necesita un golpe de realidad. Cuando algo te harta, te molesta o te lastima, pedís un cambio. Es ley.


Siempre tenemos épocas en la vida que deseamos dos cosas distintas. Hay épocas en las que pedimos a gritos cambios en nuestra forma de pensar, sentir o realizar cosas. Están esas tantas otras que deseamos que todo se quede exactamente como está.

Ahora estoy incursionando la primera etapa, y les digo, no es linda. Llegan momentos en que todo colapsa. Yo hasta hace una semana estaba perfecta, quería que “todo se quede como está”, obviamente, eso no sucedió. De repente en una semana se fue todo al demonio, y sin nada que hacer al respecto.

Hace varios días que estoy planeando este posteo, pero nunca se me ocurrían las palabras indicadas para decir todo lo que pasa por mi mente. Bronca, impotencia, euforia, desesperación, incertidumbre, son varios de los sentimientos que en este momento me invaden. Por suerte sólo hoy se presentaron todos juntos, si no, ¿qué sería de mí?

Entonces, cuando las cosas pasan, porque no podemos evitarlas, lo mejor es tratar de cambiarlas, o alejar aquello que nos haga mal y nos lastime. Pero obvio, del dicho al hecho hay mucho trecho, y nunca es fácil alejar eso que nos hace mal, porque por algo lo tenemos cerca en primer lugar, o sea, es algo que queremos que esté cerca, pero esa cercanía nos genera malestar con el tiempo. Por ende, queremos que esté cerca, pero nos hace mal.

He ahí el dilema, o la dificultad de tratar de alejar al problema. Es más, muchas veces, por no decir siempre, no podemos fácilmente alejar los problemas así como así. Nos persiguen, nos acechan, no nos dejan en paz y no entienden de razones.

Y es ahí cuando debemos tomar aire, contar hasta diez y pegarle una patada voladora al problema a ver si nos deja de molestar, o como diría la frase popular “si la vida te da la espalda, vos, tocale el culo”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo ya intenté tocarle el culo a la vida, incluso traté de reírme de ella. Pero siempre se las arregla para sorprenderme justo y profundizar mi situación. Saludos

Anónimo dijo...

Bueno yo no soy blogger pero como el articulo me copo dejo texto muy groso para seguir reflexionando.

PAULO COEHLO

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente...
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!