Hey! What's the big idea?

Una frase que para alguna persona no puede significar nada, y para dos puede ser un momento de alegría eterna. En mis dos años y una semana de ir a TEA todas las semanas, creo que nunca me reí tanto y la pasé tan bien como el jueves pasado.

Primero, comenzar la jornada más temprano con Juju, que pensó que iba a estar sola esperando y terminé llegando antes yo. Hablando de la vida, contándonos cosas, poniéndonos “al día” aunque nos vimos el martes – es que tenemos vidas muy interesantes -, y recordando lo feliz que nos hace escuchar Lollipop de Mika, y su comienzo “Hey! What’s the big idea?”.

El uhhhuuuuuu uhhhhhhu, que en realidad era uhuuuuu wijuuuuu que me desconcertó, y obvio, me hizo reír. Entrar al aula y reírnos como dos borrachas perdidas, y es el día de hoy que no recordamos que nos hizo reír en primer lugar pero sabemos muy bien qué mirada nos causó la segunda tanda de risas, esa que nos dejó sin aire, y por lo menos a mí con lágrimas en los ojos.

Radio, que fue la clase más copada que tuve en toda la semana, que prometió y cumplió, aunque Pau me critique por no tener grabador, que no entiende, que soy chica tecnológica y uso MP3 jaja.

El recreo, como siempre criticando y boludeando en el kiosco de la vuelta, cargando al rata de Cebo que al final se portó y compró agua para todos, un divino. Concluir el día sintiéndome una vaca saliendo del frigorífico no tiene precio. Viajando sentada la mayor parte del camino en el 152, tampoco. Sin contar que hice sociales con “nuevos”. Como era de esperarse, Soledad no deja de socializar.