sábado, 8 de marzo de 2008

Ok, perdón, fue sin querer...


De un hola viene una justificación pegada. Ese HOLA, ¿Cuánto trae?, esa disculpa, una pila de recuerdos, una explicación, innecesaria, pero querida y esperada al mismo tiempo. Ese porque que sobrevoló por tu cabeza llegó, se fue, pero trajo mil preguntas más, y peores tal vez.


La necesidad de explicarme, eso me perturba, me reconforta a la vez, ya que pasar por la misma situación sin una sola palabra, es aún más desconcertante, ya que te deja sin saber que hacer, que decir. La explicación, sin embargo, no te da muchas chances, pero te da una bocanada de aire fresco tal vez.

Igual, no hay una razón en su respuesta, sólo palabras puestas juntas que si lo retorcés mucho, tiene un leve sentido. Esa respuesta sin una respuesta real en el medio, lo único que se puede ver es una culpa, sin sentido, sin razón, o por lo menos no para mí.

Y esa preocupación, leve amor, sutil perdón, se va, todo se va cuando vuelve a ser lo mismo de siempre. Lo de hace tiempo, lo que hace años se dejó tirado por ahí sin consuelo.

No hay nada más que ver acá. Seguir mi propio consejo va a ser lo mejor, no me enfrasco más, no doy más vueltas. Sigo, como siempre seguí. Nuevas etapas se acercan, nuevo año de tea y trabajo nuevo, ¿Qué más pedir?

No hay comentarios: