miércoles, 16 de abril de 2008

Hide and see...


Siempre esconder, ocultar, tramar. El famoso “misterio”, el famoso NO DECIR de la otra persona, que nos deja pegados a algo, o alguien.

Son incontables las veces que no se quiere decir o demostrar algo por miedo a la reacción del otro. Otras tantas, es parte del encanto de una relación el reservarse conocimientos, experiencias, o mucho peor, sentimientos.

Yo, personalmente, prefiero esas personas que te dicen todo con una mirada, sin necesidad de utilizar el habla para demostrar algo. Aunque, hay veces que eso se va a extremo y una queda desconcertada sin saber que decir o hacer.

La gente reservada es como el histérico o histérica (para que vean que no me ensaño con esos maravillosos seres), menos te dan, más querés. Cuanto menos te dicen, más querés saber. Llaman la atención naturalmente, esas personas que no las podés leer como a un libro.

Siempre dar de menos, nunca de más, y menos lo justo. Situaciones en la que esto pasa y no sabés que hacer, cómo actuar, si mandar todo al diablo, o tener paciencia.
Por ahora a seguir con la vida, a leer a la gente y a tener paciencia con los ocultadores, que esperan nuestra desesperación.